Tomo al closet como un dispositivo, un andamiaje, un aparato socio cultural que a la vez es grupal e individual, y por tener estas características agrupa a otras, como la masividad y la unicidad.
El placard puede adoptar distintas formas, o tal vez sería más adecuado nombrar a los muebles en plural, y por lo antedicho en el párrafo precedente, también puede ser nominado en singular si no dejamos de tener en cuenta que hay tantos closets como seres humanos que los crean.
Como factor universal, podemos observar que cualquier armario puede hacer las veces de tegumento, de piel, de elemento envolvente y aislante que cobija del mundo exterior y a la vez nunca proscribe la comunicación con el mismo, es decir, siempre que hablemos del closet tendremos que tener en cuenta que dicha abstracción conlleva la relación, la retroalimentación permanente entre un continente y un contenido.
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