El Presidente Obama ha apostado su reputación a ser un gurú de los derechos humanos para los pueblos de todo el mundo. Pero sus comentarios durante la rueda de prensa ofrecida el pasado martes y su comportamiento desde que ocupara la presidencia le han dejado en evidencia en su lugar como un tipo de figura distinto -- el de charlatán de los derechos humanos. El 15 de junio, tres días después de las elecciones iraníes fraudulentas y el mismo día en que siete manifestantes iraníes perdían la vida, la embajadora de Obama ante las Naciones Unidas, Susan Rice, pronunciaba un discurso en Viena promoviendo la visión de San Obama: "La responsabilidad de proteger es un deber que siento profundamente... Tenemos que prepararnos para la eventualidad de tener que volver a hacer frente a los peores instintos en la naturaleza humana tan apenas en los próximos días. Y debemos estar preparados… Todos sabemos que el mayor obstáculo para la acción precisa frente a la atrocidad súbita es, en última instancia, la voluntad política. … Por encima de todo exige el valor y la compasión para actuar. Juntos, nos ayudaremos a fomentar y actuar según el valor de nuestras convicciones".
Una semana más tarde se registraban múltiples muertos, heridos y amenazas, y 46 millones de electores se alejaban del acceso a la libertad que se había abierto -- aunque sólo era una grieta. Pero cuando el Presidente era preguntado el martes: "¿Existe algún límite que su administración no va a cruzar en donde esa oferta [de diálogo a los líderes iraníes] será retirada?" respondía "Aún esperamos a ver cómo se desenvuelven las cosas".
Y cuando volvía ser preguntado: "¿Por qué no aclara las consecuencias al pueblo iraní..". respondía: "Porque creo que aún no sabemos en qué va a acabar esto".
Y una vez más: "¿No debería saber el régimen actual que habrá consecuencias?" respondía: "No sabemos en qué va a acabar".
He aquí a un hombre que encarna todo lo contrario al valor para actuar. Su decepcionante desconocimiento de la historia le condujo a afirmar en rueda de prensa que "el pueblo iraní... no está prestando mucha atención a lo que se dice... aquí". Por el contrario, desde las celdas del Gulag, los disidentes soviéticos tenían muy presente lo que se decía aquí -- dado que todos los disidentes sueñan con que el líder del mundo libre esté dispuesto a hablar y actuar en su defensa.
La línea argumental del presidente de que desconocemos lo que trasciende de Irán es un insulto a la inteligencia de los estadounidenses y de los iraníes a la vez. Nuestra ausencia en el recuento de votos no significa que los resultados sean un misterio. Las normas de las elecciones eran muy claras. Los candidatos a presidente tienen que ser aprobados por los 12 integrantes del Consejo de los Guardianes. Como informaba la BBC, más de 450 iraníes se registraron como candidatos potenciales mientras que cuatro fueron los aspirantes aceptados. Cada una de las 42 mujeres que intentaron presentarse fueron rechazadas. Así que, ¿qué parte de elecciones amañadas no entiende el Presidente Obama exactamente?
En lugar de denunciar las fraudulentas elecciones, el Presidente Obama dice ahora a los iraníes que están perdiendo la vida aspirando a una democracia real que "los Estados Unidos respetan la soberanía de la República Islámica de Irán". ¿Cuál soberanía es esa? ¿La soberanía Hobbesiana en la que los delincuentes dirigen la cárcel? ¿Soberanía para hacer qué? ¿Negar derechos y libertades a su propio pueblo? ¿Por qué debe primar la soberanía de un gobierno así en un estado tan carente de protecciones mínimas a la dignidad humana?
Pero el Presidente Obama no quiso abordar la realidad cotidiana del Irán soberano: un código penal criminal que prescribe la lapidación de las mujeres por presunto adulterio y el ahorcamiento de los homosexuales por el delito de existir. En su lugar, invocaba repetidamente "el respeto" a "sus tradiciones y cultura".
Este es el mismo mantra que suscribió frente al mundo islámico en El Cairo cuando en tres ocasiones habló de "los derechos" de la mujer musulmana a cubrir su cuerpo. Siendo perfectamente consciente de que la mujer en el mundo musulmán se enfrenta al problema contrario de sobrevivir después de negarse a cubrir su cuerpo, ni en una sola ocasión se atrevió a mencionar que también esto es un derecho humano. ¿Qué parte del relativismo cultural y la opresión tradicional no sabe en qué termina el Presidente Obama?
En sus declaraciones, el presidente dio la imagen de endurecer su discurso: "El gobierno iraní... tiene que respetar esos derechos [de expresión y asamblea].... tiene que gobernar a través del consentimiento y no de la coacción". Pero ausente de sus comentarios la parte de las "consecuencias" si no lo hace, dejaba totalmente claro que él sigue teniendo muchas esperanzas de diálogo con esta teocracia iraní. "Creo que no es demasiado tarde para que el gobierno iraní reconozca que hay una vía pacífica que conducirá a la estabilidad y la legitimidad y la prosperidad del pueblo iraní".
Este gobierno iraní nos ha dicho a través de sus obras, así como de sus palabras, cuál es exactamente el camino que ha elegido. El Presidente Obama también nos ha indicado su camino: cortejar a radicales islámicos y adoptar posturas de cara a la galería. Irónicamente, el resto del mundo afirmaba querer un presidente estadounidense débil cuya política exterior consistiera en "disculparse, capitular y no entrometerse". Ahora que tiene lo que quería, los derechos humanos de víctimas reales son los obligados a hacerse cargo de la factura
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