Los acontecimientos represivos que se han movido en la República Dominicana, han llegado al límite de la tolerancia y del pacifismo. No se puede seguir actuando de brazos cruzados. No podemos seguir siendo sumisos de una seudodictadura, fomentadora de la opresión, de crueldades, de traiciones, entreguismo; alabando en todo lado la figura del Jefe que usurpa el verdaderamente “poder” que reside en la soberanía popular.
Lo que hemos sufrido en los últimos meses, todos y cada uno de las personas en desacuerdos con las políticas que han desempeñado los gobiernos en lo últimos 40 años, ha sido fruto del uso desmedido de la fuerza por parte de los organismo represivos del Estado. Pero nuestra resistencia ha sabido ser pacifica, no una respuesta ambivalente que se sigue de las pasiones del momento.
Los compañeros que han sido limitados a expresarse, que han sido agredidos no solo fueron objeto de las represiones físicas, sino que además se le han violado sus derechos fundamentales. Se le han violado derechos constitucionales, como lo son el de protestar pacíficamente y el de emitir libremente su opinión. Esos cuerpos represivos han ofendido la dignidad nuestra, nuestro derecho a protestar contra lo que consideramos abusivo y lesivo a los intereses nacionales.
Estamos cansados de las opresiones que emanan de los cuerpos represivos del Estado; cansados de que nos obliguen a guardar silencio; de que nos prohíban expresarnos libremente; de que prohíban nuestras canciones que son el reflejo de la sociedad. Estas autoridades han estados abusando de un pueblo que por el momento está protestando pacíficamente.
Desde aquí condenamos enérgicamente las acciones proveniente de parte de los que ostentan la administración del Estado: los cuales piensan que son más perspicaces políticamente, que creen que por irse a estar ostentando la primera magistratura de la Nación, van a oprimir violentamente a los que hacemos usos de nuestros derechos constitucionales y fundamentales . Se han equivocados, si piensan que nos quedaremos tranquilos con sus actitudes de gobiernos dictatoriales. En 166 años de vida republicana, hemos aguantados bastante gobiernos dictatoriales, para agregar otro a la lista.
No estamos parapléjicos, ni mucho menos somos indiferentes con relación a los últimos acontecimientos opresivos que emanan de las autoridades. Éste pueblo actúa de una forma pacifica por determinado tiempo; pero llega el momento en el que, ninguna Potencia Mundial lo puede parar. Si éste pueblo muchas veces suele comportarse como débil, no lo creas que es para siempre, porque en la venganza resulta ser lo más atroz. Le recuerdo la Guerra de Civil del 1965, que luego fue la Guerra Patria; y que por más armamentos militares que poseían, que por más ser Súper Potencia, obligó a que se postraran antes sus pies al golpista y al Yankee invasor.
¿Qué pretendemos decir con todo esto? Que los homosexuales que han sido oprimidos por la injerencia de la Iglesia Católica en los asuntos de Estado; que los comunicadores sociales que han emitido libremente su opinión; que los jóvenes que no estamos de acuerdo que se le entregue las riquezas nacionales a las grandes transnacionales; que los que defendemos el ecosistema; que los que criticamos el abuso de los cuerpos policiales y militares; que los que exigimos transparencias en los asuntos del Estado; que los que exigimos el respeto a los derechos fundamentales, no toleraremos todo tipo de violencia. Llegará un momento, en el que tendremos que responder a la violencia, con una violencia más fuerte de la que provienen de nuestros adversarios.
Por cada gota de sangre derramada por Airón Fernández, fruto de la golpiza brutal de parte de las autoridades; por cada insultos recibido por cada uno de nosotros;
por el irrespeto cometido contra la ciudadana Gloria Peña; por coartar el derecho a la libre expresión del Dr. Ernesto Fadul; por los que caminamos más de 100 kilómetros exigiendo la revocación de un contrato que entrega la riqueza mineral del pueblo dominicano a una transnacional; por las vejaciones recibidas por nuestro compañero Octavio Peña; por el injusto apresamiento de Alex Mundaray; por los muertos de las Tiranías de Trujillo y de Balaguer; por los miles de dominicanos que han muertos en “intercambios de disparos”; por los homosexuales a los que no se nos reconocen los derechos reproductivos y sexuales; por las mujeres que no podrán abortar; para que sigan cantando nuestros cantantes sociales: Giordano Morel, Janio Lora, Circuito negro, etc.,
por todo lo injusto y los que nos perjudica; prometemos solemnemente nos desmayar en nuestras luchas; prometemos lograr nuestros derechos y seguir expresándonos como consideraremos lo más justo; protestando de acuerdo a las normativas legales, defender con nuestras vidas nuestros ideales y Ese es nuestro deber hoy, mañana y siempre.
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