Otra vez los yanquis metidos en mi pais

Esplendorosos, se muestran los medios de comunicación social de la República Dominicana, al anunciar el comienzo de una “misión humanitaria” en el municipio de Constanza. Otra vez más, el mismo titular que años, tras años venimos leyendo y escuchando.

El Ejército del Comando Sur de los Estados Unidos y las Fuerzas Armadas de la República Dominicana (el Sexto Batallón de Infantería del Ejército Nacional), se reúnen en un ejercicio “humanitario”, al cual han denominado “Más allá del horizonte”. Tal misión cuenta con el respaldo del gobierno central de la República Dominicana; y en ella los primeros “renovarán escuelas, mejorarán el suministro de agua, plomería y los servicios de drenaje en nuestro territorio.

¿Es que los técnicos que se encuentran a lo largo de todo el territorio nacional, son tan incapaces de desarrollar y mejorar las condiciones del país, que el Gobierno tiene que recurrir a fuentes internacionales para resolverlas? No se justifican tales misiones. Eso es parte de la política que han asumido, sectores conservadores del país. Eso es lo que se ha venido desarrollando desde la Primera República. Eso es entreguismo. A eso es que nos oponemos lo que creemos en el país.

El 26 de enero el país dio un paso al retroceso con una constitución que no ha sido muy aceptada, pero que en ella se establece, precisamente en el artículo 80, numeral 6, que le corresponde al Senado de la República, autorizar, previa solicitud del Presidente de la República, en ausencia de convenio que lo permita, la presencia de tropas extranjeras en ejercicios militares en el territorio de la República, así como determinar el tiempo y las condiciones de su estadía. No sabemos si se le ha dado cumplimiento a lo que dice nuestra Carta Sustantiva, pero estas misiones no son bienvenidas.

No pueden ser bienvenidas las misiones de paz, de un país que nos ha hecho tantas veces la guerra. Estamos empalagados de la presencia de militares norteamericanos en nuestra Latinoamérica. Exigimos desde éste lugar, la salida inmediata de cualquier misión militar que se encuentre en el territorio nacional. No hemos olvidado, el aborto que le hicieron a nuestra “Gran Revolución Popular o Guerra de Abril”.

Los hechos del 1965 siguen presente. La sangre que rodó por el suelo dominicano durante la contienda bélica y la sangre de nuestros nacionales que murieron fruto de la tiranía de los 12 años de Balaguer, y que fue impuesta por el imperio, no fue derramada en vano; esa sangre se derramó para que germinara la fértil semilla que surge en nuestro país, con las expresiones de jóvenes que se oponen a que se instalen transnacionales en el suelo patrio, con las luchas de los jóvenes que luchan contra la represión dictatorial, con el sacrificio de personas que creen en la libre autodeterminación de los pueblos. Los del 1965, ni lo hemos perdonado, ni lo hemos olvidado.

No vamos a claudicar, hasta que salgan las transnacionales y los saqueadores de las riquezas naturales, culturales, minerales que adornan nuestra querida Quisqueya.