No digamos que fueron monstruos.
Ningún monstruo hizo gasear a millones de humanos por ser de otra raza.
Ningún monstruo exterminó o deportó al gulag a millones de personas.
No: ningún monstruo perpetró tales actos. Ni el Hombre-lobo ni el Yeti ni el vampiro Drácula ni el monstruo de Frankenstein hicieron algo parecido.
La fantasía puede concebir seres monstruosos, pero difícilmente llega a imaginar tanta perversión, tanta crueldad.
También en relación con el mal la realidad excede a la ficción.
Así que no digamos que esas personas reales fueron monstruos. No comparemos a esos genocidas con ellos. Los monstruos, los verdaderos monstruos nacidos de la imaginación o de la pesadilla, se sentirían ultrajados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario