...Y LA CURIOSIDAD MATÓ AL DOMINICANO...

La sociedad dominicana, en específico, la sociedad metropolitana de Santo Domingo no deja de sorprender al mundo. En este caso me refiero a la evolución de la “comunicación intercomunitaria” (en otras palabras, el chisme).

En muchos casos, tenemos complejo de pueblo convertido en ciudad, donde no sólo todos -más o menos- se conocen, sino que también estamos muy al tanto de la vida de todos nuestros conciudadanos, especialmente cuando causa morbo y controversia.

Entre las conversaciones más comunes, se encuentran el embarazo secreto de alguna joven cuyo novio no volvió a aparecer (camuflado como “le concedieron una beca para estudiar a Miami y se va por 10 meses con su madre, que, por cierto, resulta que está embarazada”), el esposo de doña Fulana que sale con una joven recepcionista a espaldas de su señora o cosas por el estilo.

Lo más curioso es que le hacemos creer a los cuestionados que nos hemos tragado las excusas y justificaciones, para no levantar sospechas de nuestros conocimientos y poder seguir indagando sobre el tema.

Pero el chisme en Santo Domingo va más allá, no sólo se limita a la conversaciones de mujeres, sino que también queremos saberlo todo de la vida de los demás. Siempre que seas objeto de alguna polémica, lloverán las llamadas “para saludarte y saber de ti” y mensajes desde que inicies sesión en el Windows Live Messenger.

¡Ese modus vivendi ha hecho que Facebook sea un total éxito en nuestro país! Todos están atentos a los estados de sus contactos, hombres y mujeres por igual. Es que esto significa el mismo efecto que si se leyera una revista de prensa rosa, pero con nuestras amistades y conoces en vez de famosos, en muchos casos nos da más morbo que la vida de los famosos, que al final no conocemos y no podemos hacerle el famoso interrogatorio camuflado.

Sin duda alguna, parece que es indispensable para nosotros monitorear la vida de las personas que conocemos, nos mantenemos pendiente a la vida de todos, queremos controlarlo todo.

¿No me creen? Les invito que se pasen a las seis de la tarde al establecimiento de la Cuchara de Madera que está en la calle detrás de Acrópolis Center.

Desde que suena la puerta, puedes ver que hasta se asoma hasta quien está detrás del muro del fondo a la derecha, que tiene que inclinar todo su cuerpo para ver quién llegó, si le conoce y pensar a quién le tiene que mencionar ese encuentro.