domingo, 21 de junio de 2009

REFLEXION DE WEB RELATIVA

Qué la iglesia acepte y reforme su posición relativa a la homosexualidad parece actualmente un sueño imposible. Como lo fue el fin de la segragación racial . Sin embargo, el ejemplo de Martin Luther King , nos muestra que lograr lo imposible es una realidad que depende de cada uno; si Martin Luther King ´consiguió el fin de la segragación racial es porque detrás de él se encontraba toda un población dispuesta a hacer su parte, consciente de que el cambio comienza en uno mismo, en cada una de las pequeñas acciones que hacemos.

Como gays cristianos cada uno tenemos un papel que jugar en el cambio, si creemos en él. Debemos de antemano transformar nuestro desaliento e incredulidad en esperanza y militantismo, recordando que la paciencia y la tolerancia no son sinónimo de resignación y de cinismo; Lejos de sentirnos victimas inconmensurables, debemos vernos como motores del cambio, como ejemplos viventes de qué "Sí se puede": en pocas palabras, debemos actuar como seguidores de Cristo.

Si cada uno de nosotros actuáramos con amor y paciencia sabiendo que la aceptación de nuevos paradigmas toma tiempo, sembraremos la simiento de lo que de seguro otros cosecharan. Por que en efecto, Martin Luther King es el resultado de lo que comenzó hace siglos cuando los primeros cuáqueros se opusieron a la esclavitud, junto con William Wilberforce, pasando obviamente por Rosa Parks, y muchos otros.

Pero para poder actuar , para poder decir: "Sí se puede", hay que soñar primero, hay que anhelar el cambio y hay que hacer nuestra parte, por pequeña que esta sea.

Yo, Pepote, y mi novio Cuquito lucharemos para que la Iglesia nos reconozca a los gays como hermanos con todos los derechos de los demás cristianos.

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