Critica a la Fe

Sufrimos el delirio de imaginar a un dios que existe porque nos forzaron durante nuestras infancias a creer en él, y me disturba pensar que aun siendo adultos, cuando la capacidad de análisis ha madurado lo suficiente, aun lo traemos a colación y preferimos pedirle y/o agradecerle por todo.

Me llama la atención que cuando aterrizamos a un puerto equis, o la operación de un familiar resulta exitosa o cuando conseguimos trabajo o ganamos una competencia o salimos ilesos, no pensamos en alguien más que en ese ser de nuestra imaginación para agradecerle nuestra suerte. Nunca oigo decir que agradecen al piloto o al personal médico ni al trabajo de preparar un buen resume o a nuestro propio esfuerzo o simplemente al propio azar.

La gran mayoría de los humanos creen en el dios de la religión de moda o la que les fue imbuida antes de crear consciencia. Creen en la divinidad de una religión creada por hombres que no les permite liberar sus pensamientos ni sus actos. Creen en lo que les da la gana creer y se vuelven intolerantes e inhumanos hacia sus propios hermanos.


Como dice Francisco J. Miranda en la introducción de su libro En la mente de un no creyente: "La mayoría de la gente religiosa no piensa mucho en sus creencias de una manera racional. Esto es, por supuesto, lógico dado que esa es la forma en que la fe funciona -explicando para miles de millones de individuos alrededor del mundo, muchos 'misterios' de conocimiento popular que son considerados sagrados o inexplicables. Por ejemplo: cómo se creó el universo, cómo apareció la vida en la tierra o que sucede una vez que morimos. Si uno empieza a pensar racionalmente acerca de esos temas, llevará su mente fuera de la esfera de la fe para entrar al terreno de la ciencia".

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